Un testimonio enmarcado de fe, amor y fidelidad divina.

Inspirado en 1 Samuel 1:27, este cuadro plasma las palabras de Ana, una mujer que conoció el anhelo profundo de tener un hijo y también la alegría de ver su oración contestada: “Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.”

Es más que una decoración: es una declaración de gratitud, una memoria viva de la gracia de Dios en medio de la espera.

Ideal para habitaciones infantiles, salas familiares, regalos de nacimiento, dedicaciones o como recordatorio sagrado en hogares donde la oración fue el puente hacia un milagro.

Diseñado con líneas limpias y una estética suave, esta obra encaja perfectamente en espacios donde la ternura y la presencia de Dios se celebran cada día.

Porque cuando Dios responde, vale la pena recordarlo con belleza.